domingo, 20 de diciembre de 2009

final corto




Había llegado a un lugar que tenia un paisaje muy acogedor después de dos días de caminata, calculo que estaba a unos cinco centímetros fuera de su mapa. Su gobierno lo mando para que haga un trabajo de encuesta, no era uno de los mas hábiles, siempre andaba cabizbajo, como si siempre tuviera necesidad de algo, y pensaron en su oficina que tal ves era estar un tiempo lejos y trabajando por así decirlo, por que nunca en su vida había faltado al trabajo, y nunca había aceptado vacaciones, decía que lo mantenía distraído, y que si salía de vacaciones solamente se iba a encerrar en un cuarto y mientras estuviera trabajando la vida era buena con el.
Ella estaba de visita en su pueblo natal por estar de vacaciones, y había pedido permiso en su trabajo por una semana, era una muchacha que era muy bien recibida en su tierra, se la podía describir con una palabra: necesidad. Por que todos allí la extrañaban, la necesitaban para poder sentirse bien, y por el bien de ella y por amor, decidieron en el pueblo que debía salir de allí para ser una persona de bien y de esa manera ser más útil para su pueblo.
Segundo día de trabajo y quinto de vacaciones y casi medio día al suelo tembló, esa había sido la razón por la cual los animales minutos antes corrieron por el pequeño valle a buscar refugio en un lugar alejado de los pequeños cerros que rodeaban al pueblo.
Esa tarde la tierra tenia hambre de todo, pues en cada nueva sacudida una boca se habría en el suelo y se devoraba lo que allí estaba y se volvía a cerrar dejando escapar a veces gritos que se perdían en un abismo de piedras dolor y oscuridad.
Esa tarde, la tierra se movió tanto que el paisaje alrededor de este pueblo quedo como si fuese un gran valle, y ya no había montañas de referencia. Solo pequeños túmulos
Entre los nueve sobrevivientes había una niña pequeña, que murió al quinto día de de caminata hacia la nada por sofocamiento. Al séptimo día encontraron una gruta que les sirvió de refugio y también en el fondo de la gruta encontraron agua, pero como no podían vivir solo de agua, decidieron partir al día siguiente, y dos días mas tarde encontraron un pueblo que no reconocieron por que estaba peor que el de ellos y una huella como de algún camino echo por pisadas, decidieron seguir ese camino, al segundo día el y ella decidieron regresar secretamente a la gruta, pues habían tenido una linda amistad desde el día del desastre, y de alguna manera el sabia que el camino que seguían ahora no llevaba a ningún lugar.
Al sexto día los que seguían caminando encontraron a la primera victima de la caravana, al parecer los niños morían primero.
Pasados ya tres días y con alimento suficiente para dos días mas se dieron cuenta de que estaban caminando hacia su muerte ya que al seguir caminando bajo el sol abrasador solo encontraban o tumbas mal echas o personas en estado de descomposición, como se dieron cuenta que no podían volver decidieron seguir adelante, rogando al cielo por salvación. Salvación que no encontraron sino hasta después de haber fallecido.
El se había dado cuenta de que el sol cada día salía por un lugar distinto, los demás decidieron que era simplemente una ilusión, pues no tenían un punto de referencia claro además que dejaron en claro de que el sol no cambiaba nunca de lugar de salida de un día a otro.

Y para terminar y no hacer una historia muy larga y el estando bajo la sombra de la roca recordó el día a día que estuvo a lado de ella desde aquel día terrible. Ella había sido la necesidad que el siempre tenia, era como se dice, el complemento de el uno para el otro.
Ella era la alegría que el necesitaba y el llego a ser la tranquilidad que ella necesitaba, se dio cuenta de que si alguien tenia que estar con a lado de el, pues no había nadie mas, entonces decidió volver por ella……..

martes, 8 de diciembre de 2009

historia del desierto III




III

El había partido llevando una sola carga. Un corazón destrozado, sentía que a cada paso que daba un gran vació crecía dentro de el, y este se hacia entre pesado y hastío.
Había salido una hora después de que ella durmió, había salido afuera, se sentó a ver la silueta del horizonte mientras pensaba hacia donde ir.
Se levanto y se acerco al fogón que a veces prendían para calentar algún alimento y tomo un pedazo de carbón, entro a la cueva y escribió con ella una frase, acto seguido salio y empezó a caminar, al principio sin ningún rumbo, solo empezó a desplazarse en línea recta, y así lo hizo por al menos una hora y media, hasta que recordó que si doblaba ligeramente a la derecha llegaría a un tumulto que una ves había visto a la distancia cuando se aventuraba a ir mas allá de donde estaban viviendo. O al menos parecía que lo había visto, pues lo que recordaba era que esos días el caminaba ya de día y con un sol que le había calentado tanto la cabeza que había empezado a ver espejismos, recordó también que había encontrado en su camino de regreso un oasis, y despertó en la cueva con un paño en la frente, mientras ella le limpiaba el cuerpo. No sabia como, pero siempre le daba las gracias por haberlo encontrado.
Ya despuntando el amanecer y tras seis horas de caminata todavía no divisaba nada, el sol no empezaba a ser castigador sino hasta después de una hora mas o menos de que el astro rey se divisaba en el horizonte, pero el estuvo caminando por tres horas mas, ya muy aturdido había divisado una enorme roca a lo lejos, se acerco y se refugio en ella del sol, conforme el sol avanzaba el rodeaba la roca para que lo protegiera.
Al anochecer consumió un poco de alimento seco que se cargo en los bolsillos para seguir avanzando.
No recordaba la distancia de aquella visión ya que al haber caminado en línea curva esa ves había caminado por días.
Solo que al estar seguro de a dónde iba esta ves, y tras dos días de caminata y muy cansado y casi moribundo había llegado a lo que parecía una montaña sin nada que ofrecer, muy desanimado se subió a ella cosa que no le tomo mucho tiempo ya que era mas bien un tumulto de rocas y arena compactada muy grande.
Se llevo una buena sorpresa, pues al llegar a la punta y por el otro lado había divisado las ruinas de algunas casas.
Al día siguiente, se dio cuenta de que había regresado al paisaje acogedor que recordaba hace ya mucho.
Recordó que cuando partieron y varios días después, algunos temblores sacudieron el suelo. Al parecer el lugar peleo por recuperar su antigua forma. Y en su intento había formado algunas salientes de rocas en cuyos bordes se podía uno refugiar.
Y una pequeña charca de agua se formaba bajo una de las salientes.
Recordó que los víveres que no habían podido cargar los habían puesto a buen resguardo.
La poco agua que se alejaba de la roca hidrato algunas plantas las cuales como pudo observar empezaban a brotar.
Como si fuesen una señal para una esperanza que siempre estuvo en ese lugar, solo necesitaba paciencia.
Una lágrima rodó por su mejilla y paso a lado de una sonrisa cayo al suelo desde su mentón.
Y pensó en regresar por ella.

sábado, 5 de diciembre de 2009

historia del desierto parte II





no es que el había tenido un sueño revelador que debía seguir con todo su corazón.
Lo que paso es que día que pasaba se daba cuenta de que el alimento era mas escaso, sus salidas nocturnas de búsqueda de alimentos se hacia cada ves menos fructífera, cada día encontraban menos alimentos de entre los escombros, y como todo estaba totalmente destruido pues no se podía saber donde quedaban las casas o tiendas.
Así que un día sabiendo que su vida y la de ella se iba a extinguir prefirió que ser el primero en dejar esas tierras y liberarse de su cuerpo, por que según recordaba, la muerte era solo una transición más. Así que no se preocupo mucho por los resultados del abando, lo que si le llenaba de tristeza era dejarla a ella sola, que había sido su compañera tanto tiempo.
La había conocido solo el día del cataclismo.
Después de ese día solo unos pocos sobrevivieron pero fueron muriendo poco a poco. Por tanto podría decirse que eran los últimos seres vivos.
Poco a poco el se había acercado a ella, hasta entrar en un estado de que solo ellos dos quedaban y se daban cuenta de debían estar juntos no solo por ser los últimos, sino por que había llegado a crecer entre ellos el afecto necesario para soportarse cada día, y el mas que todo no podía verla sufrir, la había llegado a amar tanto que si hubiese podido hubiese dado su vida por ella lo hubiera echo sin dudarlo. De esta manera al dejarla sola se aseguraba de que ella viviría al menos un día mas.
Así que un día en que ella abrió los ojos el ya no estaba, solo había dejado una gran sonrisa dibujada con un carbón en la pared y una frase que rezaba, “un día nos encontraremos de nuevo, te quiero”
Al principio lo asimilo solo como una broma, pero al medio día se dio cuenta de que el ya no iba a volver.
El primer día trato de pasarlo normal, total, no se hacia mucho para poder subsistir, mas que esperar a que anochezca un poco para poder salir a recolectar algunas cosas de las ruinas, las nubes todavía no dejaban caer gotas de agua desde hace ya mucho tiempo. El lugar donde se encontraba era gruta que por alguna gracia se había abierto dejando al descubierto una pequeña lagunilla en su parte mas profunda y de la cual bebía sin preocupación.
Los días se hicieron mas duros cada ves, no tanto por el alimento sino por que la soledad era tan asfixiante que a veces se sentía sin poder respirar, para tratar de hacerla pasar de largo, cantaba alguna canción, o hablaba sola en vos alta, total, no había nadie que la pudiera juzgar de loca por hablar consigo misma.