domingo, 24 de enero de 2010

¿Por qué amamos a los hombres?






Como en el anterior post escribí acerca de las mujeres, ahora no por ser desviado, sino por ser imparcial, este nuevo post es expuesto para su lectura………
Es original de Paulo Coelho, uno de mis escritores favoritos.
Y va dirigido especialmente para las mujeres, y para que los hombres se enteren.

Amamos a los hombres porque no consiguen fingir un orgasmo aunque quieran.

Porque jamás nos van a entender, pero aun así lo siguen intentando.

Porque todavía nos encuentran atractivas cuando nosotras mismas ya no conseguimos créenoslo.

Porque saben de ecuaciones, de política, de matemáticas de economía, pero no saben nada del corazón femenino.

Porque son amantes que solo descansan cuando alcanzamos (o fingimos) placer.

Porque nunca les da miedo la oscuridad.

Porque se empeñan en arreglar cosas que están más allá de sus habilidades, y se dedican a ello con entusiasmo adolescente, y se desesperan cuando no lo consiguen.

Porque son como las granadas: la mayor parte es imposible de digerir, pero las semillas son deliciosas.

Porque jamás se paran a considerar lo que pensara el vecino.

Porque siempre sabemos lo que están pensando, y cuando abren la boca dicen exactamente lo que imaginábamos.

Porque jamás les paso por la cabeza martirizarse con tacones altos.

Porque les encanta explorar nuestro cuerpo, y conquistar nuestra alma.

Porque una chiquilla de 14 años puede dejarlos sin argumentos, y una mujer de 25 consigue domarlos sin mucho esfuerzo.

Porque siempre les atraen los extremos: opulentos o ascéticos, guerreros o monjes, artistas o generales.

Porque son capaces de hacer cualquier cosa por esconder su fragilidad.

Porque el mayor miedo de un hombre es no ser un hombre- lo cual nunca le pasaría a una mujer (no ser una mujer).

Porque siempre se termina toda la comida del plato, y no se sienten culpables por ello.

Porque les parecen interesantísimos ciertos temas sin gracia alguna, como lo que les ocurrió en el trabajo, o las características de los coches.


Porque están dotados de hombros en los que conseguimos dormir sin mucho esfuerzo.

Porque están en paz con sus cuerpos, a excepción de pequeñas e insignificantes preocupaciones con la calvicie y la obesidad.



Lo siguiente fue tomado de http://livingtodream.wordpress.com/2008/07/08/%c2%bfpor-que-nos-gustan-los-hombres/ y de acuerdo a lo que como hombre me parece que se relaciona, edite el contenido real.

Porque son protectores.
Porque siempre te defienden.
Porque son muy despistados.
Porque hasta que no te consigan no pararan.
Porque, a veces, son como niños.
Porque les gusta ser los más “machos”.
Porque nuestros defectos los ven adorables.
Porque no pararán de besarte y mimarte.
Porque son cariñosos.
Porque siempre aguantan nuestros berrinches.
Porque intentan consolarnos.
Porque nos admiran.
Porque cuando se enamoran son románticos.
Porque siempre intentan sacarnos una sonrisa.
Porque les duele verte mal.
Porque te ven como una princesa.
Porque consiguen alegrarte el día.
Porque nos hacen felices.
Porque tienen sentido del humor.
Porque son valientes.
Porque temen hacerte daño.
Porque odian ser los perdedores.
Porque su letra no es bonita.
Porque nos miran a los ojos.
Porque sus apuntes resultan enigmáticos.
Porque nos acompañan a comprar ropa (y a cualquier otro sitio).
Porque quieren lo mejor para nosotras.
Porque siempre acaban haciendo lo que nosotras queramos.
Porque son capaces de cualquier cosa por estar contigo.
Porque les tenemos que enseñar a bailar.
Porque nos llenan de paz y nos alteran.
Porque esperarían lo que hiciera falta por nosotras.
Porque nos hacen sentir como en un cuento.
Porque nos intentan comprender.
Porque siempre tienen algo bonito que decirte.
Porque son desordenados.
Porque son un poco brutos.
Porque les encanta hacerse los duros.
Porque sin ellos no habría final feliz en los cuentos…

domingo, 10 de enero de 2010

¿Por qué nos gustan las mujeres?





Porque nos miran a los ojos cuando hablamos.
Porque su risa es alegre y su sonrisa nos enamora.
Porque cuando dan saltitos no resultan ridículas.
Porque se entusiasman.
Porque sus ojos son grandes y brillantes.
Porque aunque parecen delicadas tienen una gran fuerza.
Porque son románticas.
Porque se interesan por nosotros.
Porque siempre que te tocan parece que te estén acariciando.
Porque son cariñosas.
Porque usan diminutivos cuando hablan.
Porque nos dan conversación.
Porque a veces son pesadas.
Porque todas son guapas.
Porque si algo les duele lo dicen.
Porque no caminan encorvadas.
Porque aunque lloren no pierden su belleza.
Porque se preocupan por las cosas.
Porque su piel es suave al tacto y sus caras se parecen a las de los niños pequeños.
Porque sus piernas son bonitas e infinitas.
Porque te apoyan y consuelan.
Porque son graciosas.
Porque hasta la anciana más borde y desagradable usa prendas con bordados y motivos tiernos y cursis.
Porque se enamoran.
Porque se cuidan más que nosotros.
Porque intentan gustarnos y lo consiguen.
Porque usan varios colores cuando toman apuntes y subrayan los libros en rosa, azul, verde y con lápiz.
Porque son más observadoras.
Porque les gusta el color y el diseño.
Porque nos piden ayuda.
Porque bailan mejor que nosotros.
Porque su caligrafía es redonda y hermosa.
Porque sin ellas no habría musas para los poetas, ni heroínas para las historias.
Porque van juntas al baño.
Porque se pintan los ojos y las uñas.
Porque les gusta peinarnos.
Porque adoran los masajes.
Porque no buscan sólo querer, sino también ser queridas.
Porque sus zapatos son bonitos.
Porque siempre nos sorprenden.
Porque sus dedos son finos.
Porque lloran en las películas tristes.
Porque escuchan cosas tan horribles como Alejandro Sanz.
Porque los anillos les quedan bien.
Porque sin ellas no estaríamos aquí.
Porque nos tranquilizan y nos alteran.
Porque nos llenan de alegría y nos abaten de tristeza.
Porque cantan bien.
Porque su voz es dulce.
Porque salir sin ellas no se entiende.
Porque aunque lleguen tarde no nos enfadamos.
Porque nunca quieren ver el fútbol.
Porque son muy limpias.
Porque no se las puede describir.
Porque desnudas son arte.
Porque siempre salen bien en las fotos.
Porque se acuerdan de las cosas.
Porque nos hacen felices.
Porque son misteriosas.
Porque no las conocemos.
Porque no las comprendemos, pero lo intentamos.
Porque nos dicen las cosas con tacto.
Porque les gustan colores como el rosa y el azul claro.
Porque piensan los nombres de sus hijos antes de tenerlos.
Porque siempre saben qué es lo que falta.
Porque cuando nos abrazan nos rodean el cuello con sus brazos y nos acarician el pelo cuando las besamos.
Porque sin ellas estaríamos solos.
Porque llenan los bolsos de cosas.
Porque sus estuches son de animalitos y dibujos ñoños.
Porque son simpáticas y amables.
Porque son mujeres y las necesitamos.